Contiene una enorme cantidad de vitamina E, proteínas, minerales, además de tener propiedades antifúngicas, antiinflamatorias y antibacterianas. Por eso, se ha usado como remedio para todo tipo de problemas dermatológicos y capilares.
El aceite de ricino es un triglicérido, compuesto de ácidos grasos esenciales, como el ácido ricinoleico (omega 9) que, según se cree, es el responsable de sus exclusivas propiedades.
Se extrae de las semillas de la planta de ricino, conocida como Ricinus Communis, originaria de África y de la India. Las semillas contienen un 40-50% de su peso en aceite que, a diferencia de las propias semillas, no es tóxico.
El aceite de ricino es rico en vitamina E, y puede ayudar a estimular la producción de colágeno y elastina e hidratar la piel. Su ácido ricinoleico, además, es capaz de reducir la inflamación, por lo que ayuda a combatir las bacterias que causan el acné.